No tengo ninguna pena ni vergüenza para hablar de mi
enfermedad (la Fibrosis Quística). Yo no hice nada para nacer con ella. No es
contagiosa, es genética.
Cuando alguien me pregunta: ¿Por qué tienes los dedos así?
Yo respondo: Ah, es por la Fibrosis Quística. Son el reflejo de una oxigenación
deficiente.
Hablar cuando sea necesario la Fibrosis Quística, es y será
muy útil, ayuda a generar empatía con los demás, a que conozcan de mejor manera
la enfermedad, evitar la discriminación (muchas veces por ignorancia).

Diego E. Salinas
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