La FQ en mi niñez fue casi inexistente, sin nebulizar hasta
los 13 años (por ignorancia en aquellos tiempos), sin ninguna consecuencia real
(a corto plazo), sólo tomar mis enzimas y, mis 4 o 5 horas de futbol diario, me
mantenían con un plus muy importante, pulmones muy fuertes, una capacidad de
resistencia fuerte, incluso más que la de mis amigos sanos.

La FQ en mi adolescencia, la describo como parte fundamental
de mi vida en esa etapa (afectó demasiado en mi estilo de vida). Hasta mis
primeros 12 años de vida, la FQ giraba en torno a mi ritmo y, ahora yo, giraba
en torno al ritmo de FQ, lo cual fue pésimo, me fui generando depresiones cada
vez más fuertes, me provocó abandonar mis estudios, tener una vida social casi
nula, vivir en una habitación 20 horas de cada día cuando menos. Fueron tiempos
difíciles de incomprensión, de no entender nada o casi nada y, es cuando
expreso que, es importante la comunicación de toda la familia con los chicos
que tienen FQ, generar esa confianza por siempre, eso ayuda a una mejor calidad
de vida también.
FQ como adulto, llegué a un punto de estar tan fastidiado de
la "vida" que estaba llevando que, me decidí, a cambiar muchas cosas.
Regresé al ejercicio y, fui recuperando mucha fuerza pulmonar, me revolucioné
en muchos aspectos, ya me generaba algunos grandes AMIGOS, salía más de mi casa
y, todo eso, mejoró mi salud, ya no evitaba tanto los eventos hermosos que me
generaba, ya aprovechaba más mis oportunidades, ya creía más, en el hecho de
que podían sucederme cosas lindas en mi vida.
A mis 25 años, tengo mi primera internación por la FQ. Fue
un susto tremendo, pero después comprendí que no era para tanto. Hoy, mi vida
es totalmente diferente, me he auto-descubierto muy profundamente, aun
faltándome más por escarbar, pero hoy sé la valía de la vida, la valía de la
familia, de los AMIGOS y, de todo. Ahora sé que, la mente maneja fuerzas
impresionantes y que, a veces, no comprendemos o pretendemos no saber.

Que la FQ no te exprima, tu aplasta a la FQ, y vive la vida
con felicidad, aceptando lo bueno y lo malo de la vida.
Mi deseo es, que las nuevas generaciones empiecen con el pie derecho, será un camino mucho menos trompicado, respecto al de las personas que nacimos hace más de 15, 20 años atrás o más.
Diego E. Salinas
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