Corría el día en el que, yo pensaba que, jamás lograría nada
productivo. Me decían que tener Fibrosis Quística rompía el futuro, la vida era
corta y se truncaba.
Conforme fui creciendo, comprendí varias cosas. Comprendí que, es fundamental creer en mí mismo, comprendí que, no hay nada mejor que el
esfuerzo constante, la creencia en lo que soy y puedo llegar a ser. Para todo
lo anterior, siempre requeriré, del apoyo de mis padres y seres queridos.
Un niño con Fibrosis Quística, no puede quedar varado por la
ignorancia de la familia. Un niño con Fibrosis Quística, tiene derechos, tiene sentimientos,
sueños, anhelos y demás. Son solamente niños, niños que cada día (a veces sin
darse cuenta), pelean por su vida, por estar, por estar mejor, por estar en las
mejores condiciones.
Tú, que eres un gladiador, tú, que te entregas día con día
con una sonrisa en tu rostro, con una vida alegre a pesar de la vida, y del
sufrimiento que esta, a veces acarrea.
Diego E. Salinas
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