Nacer con Fibrosis Quística, te
hace, sí o sí, tener una vida diferente. Por mucho que tengas una condición
maravillosa, la vida no es igual, que para alguien que no tiene FQ.
Desde el diagnóstico, se va
extendiendo un sinfín de actividades que van abordando nuestra vida.
nebulizaciones, medicamentos
orales todos los días, conocer hospitales desde edades tempranas, invertir
nuestro tiempo en terapias, etc.
Es una vida diferente, porque,
aunque cada vez más son los que desarrollan una vida lo más normal posible,
otros más, cortamos algunos ciclos por cuestiones de salud.
Es una vida diferente, porque aun
cuando llevas una vida lo más normal posible, no dejas de necesitar hacer las
terapias, consumir cápsulas como si de caramelos se trataran, etc.
No es una vida normal, y no
sabemos cuándo lo será para alguien que nace con FQ. Lo que está en nuestras
manos, es que hacemos con nuestra vida no tan normal, es decidir si hacemos de
nuestra vida un infierno (quizá más grande) o un paraíso. Sufrimiento, vaya,
siempre va existir, hasta para alguien que no tiene FQ, entonces, nosotros
decidimos cómo reaccionar, qué hacer, qué misiones emprendemos y hacía dónde
vamos.
No te dejes consumir por el
sedentarismo, por lo negativo que puede ser la vida de quienes se acerquen a
ti, no, no lo permitas, porque como lo he dicho muchas veces, la vida es una,
vale la pena vivirla, tiene sentido darle sentido a nuestra vida, no hay más.
El objetivo que debe existir en alguien con FQ, es el hacer una vida lo más normal posible.
Diego E. Salinas
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