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miércoles, 13 de enero de 2016

Fibrosis Quística: Sensaciones de un Tratamiento Intravenoso



Es algo que conocemos bien los que tenemos Fibrosis Quística. Algunos lo conocemos de edad adulta, otros desde bebés y otros desde niños, etc.

Estar en un tratamiento intravenoso tiene varias perspectivas, y éstas varían según el país en el que estamos, nuestra personalidad y desde luego, nuestro carácter. También algo que marca diferencia es si el tratamiento es completado en el hospital o en casa.

Para mí no hay nada como la comodidad de mi casa para estar en un intravenoso, porque se lleva más tranquilo, se duerme mejor y más, también se pueden hacer actividades que en un hospital no siempre son permitidas o viables.

En un intravenoso (en domicilio), corresponde estar mucho tiempo en casa, sino es que todo el tiempo. A veces los días se hacen muy lentos, otros son días lentos, pero también se pueden hacer algo más dinámicos.

Cuando hago intravenoso, es tiempo perfecto para descansar mi mente, mi cuerpo, porque en general suelo ser muy activo en el aspecto mental y físico, así que es pretexto ideal para relajarme en cuanto a la actividad.
Se cuentan las horas para acabar una pasada del tratamiento, se hacen largos los minutos mientras pasan los medicamentos, y las horas se hacen cortas entre la última puesta y la siguiente puesta de los medicamentos.

Vale la pena pasar por un intravenoso, cuando sabemos que éste nos va a otorgar una limpieza pulmonar, nos va a permitir estar en mejor estado.

Claro, sí por todos fuera, que mejor que no hacer un tratamiento intravenoso, pero cuando se requiere, realmente vale la pena.

Cuando el intravenoso se hace en un hospital, muchas cosas cambian. Duermes poco, pues el personal de enfermería entra seguido a la habitación, te monitorean signos vitales tan seguido que, recién empiezas a quedarte dormido y ya te están despertando. Te pesan diario por ahí de las 7am, como si fueras un porcino en pleno engorde.

Se cuentan los días y las horas para llegar al último día del intravenoso, a veces es el día más largo, las horas más extensas, pero es normal, es la ansiedad de quedar en “libertad"

Diego E. Salinas

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