Cuando se es niño, solamente pensamos en jugar. Cuando somos
niños y tenemos Fibrosis Quística, solamente pensamos en jugar, porque tenemos
la misma esencia. La situación es diferente, porque aun siendo niños, a diario
se hace el todo: nebulizar, ejercicio, fisioterapia, alimentación abundante.
Asistimos a controles médicos constantes, aun cuando estamos
en buena racha de salud. Nos monitorean nuestra respiración, oxigenación,
nuestro peso y talla. Con esos controles, yo me sentía un aspirante para ser un
Cosmonauta, pero todo lo anterior, realmente era para brindarme una mejor
atención y llevar un seguimiento lo más adecuado de mi salud.
Puede ser cansado, rutinario y repetitivo (tener Fibrosis
Quística), pero de algún modo, podemos hacer que lo sea menos.
Mientras nebulizo: juego con el videojuego, leo algún libro.
Para hacer mi fisioterapia: Me pongo a brincar y a correr.
Para comer mejor: hago ejercicio, pues hacerlo, incrementa
mi apetito (además, mi madre hace platillos creativos que llaman mucho mi
atención).
Digo sí, a los controles médicos, porque sé que, a corto,
mediano y largo plazo, ayudará, a que yo esté en las mejores condiciones.
Asisto a los estudios de laboratorio, porque sé que, aunque
puedan doler a veces, son para tener una idea mejor de mi estado de salud
actual.
Vale mucho encontrar el lado positivo de las cosas. Vale
mucho ser un niño con Fibrosis Quística y poder jugar en distintas formas, vale
mucho asistir a mis controles médicos, porque ayuda esto, a que mi futuro sea
mucho más prometedor. Vale mucho cumplir con la disciplina de la Fibrosis
Quística, porque me veo en un futuro, concretando y disfrutando mis sueños.
Hoy tengo 30 años y he logrado muchos objetivos y alcanzado
varios sueños… Voy por mucho más.
Diego E. Salinas
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