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jueves, 21 de enero de 2016

Para Los Niños Con Fibrosis Quística. Segunda Parte



Cuando se es niño, solamente pensamos en jugar. Cuando somos niños y tenemos Fibrosis Quística, solamente pensamos en jugar, porque tenemos la misma esencia. La situación es diferente, porque aun siendo niños, a diario se hace el todo: nebulizar, ejercicio, fisioterapia, alimentación abundante.

Asistimos a controles médicos constantes, aun cuando estamos en buena racha de salud. Nos monitorean nuestra respiración, oxigenación, nuestro peso y talla. Con esos controles, yo me sentía un aspirante para ser un Cosmonauta, pero todo lo anterior, realmente era para brindarme una mejor atención y llevar un seguimiento lo más adecuado de mi salud.

Puede ser cansado, rutinario y repetitivo (tener Fibrosis Quística), pero de algún modo, podemos hacer que lo sea menos.

Mientras nebulizo: juego con el videojuego, leo algún libro.
Para hacer mi fisioterapia: Me pongo a brincar y a correr.
Para comer mejor: hago ejercicio, pues hacerlo, incrementa mi apetito (además, mi madre hace platillos creativos que llaman mucho mi atención).
Digo sí, a los controles médicos, porque sé que, a corto, mediano y largo plazo, ayudará, a que yo esté en las mejores condiciones.

Asisto a los estudios de laboratorio, porque sé que, aunque puedan doler a veces, son para tener una idea mejor de mi estado de salud actual.

Vale mucho encontrar el lado positivo de las cosas. Vale mucho ser un niño con Fibrosis Quística y poder jugar en distintas formas, vale mucho asistir a mis controles médicos, porque ayuda esto, a que mi futuro sea mucho más prometedor. Vale mucho cumplir con la disciplina de la Fibrosis Quística, porque me veo en un futuro, concretando y disfrutando mis sueños.

Hoy tengo 30 años y he logrado muchos objetivos y alcanzado varios sueños… Voy por mucho más.

Diego E. Salinas

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