“Todo adolescente sufre una enorme transformación. Es
comenzar a dejar de ser un niño, para comenzar a ser un adulto. Son años
atrapado entre un adulto y un niño. Un descontrol en muchos ámbitos de la vida”
Todo adolescente está sometido a in sinfín de cambios.
Cuando la persona tiene Fibrosis Quística, esta etapa, suele ser muy
complicada. Se le suma todo, y al final, un proceso de asimilación o rechazo
por la enfermedad.
A veces, suele ser muy marcada la diferencia en el aspecto
físico, entre un adolescente con FQ y otro sin FQ de las mismas edades. No sé,
pero he visto casos (y me incluyo), en el que, el cuerpo tarda más en
desarrollarse para alguien que tiene FQ, respecto al que no tiene. El
desarrollo de músculo, el crecimiento (altura), el peso, etc. Van siendo características
que van marcando una diferencia (la mayoría de los casos que conozco).
Es por eso que, es muy importante para el adolescente con
Fibrosis Quística, aprender a asimilar las posibles “diferencias” que puedan
existir entre él y, una persona que no tiene Fibrosis Quística. A veces la
propia comparación de alguien con FQ, con alguien que no tiene, puede ir
acabando de a poco, la autoestima en él mismo.
Es importante que, conozcas bien a tu hijo, que sepas reconocer
su estado emocional, para saber si algo no anda del todo bien.
A todos los adolescentes que tiene Fibrosis Quística, les
puedo decir que, no hay porque compararnos con nadie más. Solamente será
importante, hacer nuestras cosas para estar bien, lo demás, es asunto
superficial.
Cada uno de nosotros, con Fibrosis Quística o sin ella,
tenemos nuestras cualidades que, nos hacen diferentes. No todo es el físico,
hay cualidades muy importantes, como los talentos que podemos y seguramente
poseemos todos.
Diego E. Salinas
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